Con datos del Instituto Nacional Electoral se puede observar que la participación ciudadana en este ejercicio apenas alcanzó el 17.68% de la lista nominal. Mucho menos que el 40% requerido par que el proceso fuese vinculante (que tuviera efectos legales conforme al resultado).
La jornada electoral si bien, se vivió con tranquilidad y poca afluencia, también se vio como nunca en un ejercicio electoral violaciones descaradas a la ley. Temas como el acarreo, la compra de votos y propaganda oficialista al evento son solo una muestra de lo que MORENA hizo de este ejercicio.
Evidentemente al usar la maquinaria electoral del Estado los resultados favorecieron al Presidente con un 91.87% a favor de que continúe. Sin embargo, por la baja participación solo sirvió este ejercicio para medir la estructura clientelar con la que cuenta el gobierno federal, la cual se ha reducido en número de votos brutos respecto a los obtenidos en 2018.
Esto puede generar un análisis interesante de la realidad de MORENA con respecto al electorado y la conformidad que se tiene con el trabajo realizado por el gobierno. El PAN y el resto de la oposición igualmente deben hacer su trabajo bien para poder ganar la confianza de las personas y evitar la continuidad de un proyecto de nación que no esta generando avances significativos para las familias y el país.
